Terry Wardle
El modo en que entendemos nuestra identidad es importante; es el fundamento del bienestar, la autoestima y el valor que nos concedemos como personas, elementos que influyen directamente en nuestra búsqueda de propósito y de sentido en la vida. Lamentablemente, vivimos en una sociedad que insiste en que la productividad y el complacer a otros son las únicas vías aceptables hacia la seguridad y la aceptación. Muchos cristianos se agotan en esta cinta sin fin de la autopromoción y la búsqueda del éxito, sin ser conscientes de que, en realidad, están construyendo sus vidas sobre arenas movedizas.La verdadera identidad cristiana descansa sobre la promesa, firme como la roca, de que somos hijos de Dios. Descubrir quiénes somos en Cristo libera una herencia que es eterna, segura, y que desborda una gracia transformadora que cambia nuestras vidas en el grado más profundo posible, liberando maravillosas posibilidades para la vida y el ministerio. Las promesas de Dios llevan consigo la certeza inconmovible de que, en la esencia de nuestras vidas, estamos escondidos para siempre en Cristo. 10