Pedro Ortega García, OCD
Santa Teresa de Jesús, Madre del Carmelo Descalzo, fundó en vida diecisiete monasterios, vio como bajo su inspiración se abrían otras comunidades, tanto de monjas como de frailes, pero falleció sin ver cumplido su proyecto de fundar en Madrid. La capital del Reino, el asiento de la Corte, era su gran sueño, pero las intrigas políticas y eclesiásticas no se lo permitieron. Poco duró este vacío, cuatro después de su muerte, san Juan de la Cruz y la madre Ana de Jesús hicieron realidad el anhelo teresiano.El nuevo Carmelo, puesto bajo la advocación de santa Ana (a la que con el tiempo se le añadiría la de san José) se convirtió en uno de los monasterios de referencia de la Orden del Carmen. Sus más de cuatro siglos de historia están repletos de toda clase de vicisitudes, de once mudanzas (la mayoría forzadas por los devenires políticos), pero sobre todo de modelos de vida martirial y ejemplar en las carmelitas que formaron parte de la comunidad.Hoy, casi cuatrocientos cincuenta años después de su fundación, el monasterio de Santa Ana y San José sigue siendo un referente de la vida contemplativa...«En lo de Madrid, no sé qué es, que, con ver que conviene a estas casas tener ahí una, me hace una resistencia extraña; debe ser tentación. Aún no he visto carta del prior Cobarrubias. Dificultoso sería hacerla sin licencia del Ordinario, porque lo manda la patente que tengo, y el Concilio; mas creo que yo la haremos, si no estuviese en más que eso. El Señor lo encamine» (Santa Teresa de Jesús, Carta a don Teutonio de Braganza, 2 de enero de 1575).Las once casas de las carmelitas en MadridA lo largo de su historia, el monasterio de Santa Ana y San José de Madrid ha habitado once casas distintas: Los primeros tres meses (1586) residieron en una casa provisional en la Red de San Luis, para trasladarse a finales de ese año fundacional a la calle del Prado (1586-1810), su sede histórica, donde con el paso de los años fueron ampliando el monasterio y construyendo nuevos edificios. En 1810, tras ser expulsadas por José I, y fueron acogidas por sus hermanas del monasterio de Santa Teresa (1810-1815), en la calle Barquillo. En los años siguientes se instalaron en una casa de la calle del Prado que había pertenecido al monasterio (1815-1829), para posteriormente levantar un convento e iglesia de nueva planta (1829-1836) en un solar vecino de la misma calle del Prado. Con la desamortización abandonaron definitivamente la zona hoy conocida como plaza de Santa Ana para ser acogidas por otras comunidades de religiosas: nuevamente en el monasterio de Santa Teresa (1836-1851), las comendadoras de Santiago (1851-1887), el convento de Jesús Nazareno (1887-1889) y las mercedarias de Góngora (1889-1891). En ese momento pudieron volver a tener una casa propia de nueva edificación, en la actual calle Conde de Peñalver (1891-1959), que abandonaron por la presión urbana para construir su casa actual en la calle General Aranaz (1959-actualidad). 10