J.A.M.Lagrene
En su esencia, ser liberal libertario es abrazar la noción de que cada individuo es el dueño legítimo de su propia vida y, por ende, debe tener la libertad de tomar decisiones sobre su destino sin interferencia injustificada del Estado o de terceros. Es defender la soberanía del individuo sobre su cuerpo, sus creencias, su propiedad y su búsqueda de la felicidad, siempre y cuando no se viole la libertad y los derechos de otros. Ser una persona liberal libertaria implica un compromiso con la tolerancia y el respeto mutuo, incluso hacia aquellos con quienes se puede estar en desacuerdo.En resumen, ser una persona liberal libertaria es más que una posición política; es una filosofía de vida que abraza la libertad individual como el valor supremo y el fundamento de una sociedad justa y próspera. Es un compromiso con la autodeterminación, la responsabilidad personal, la tolerancia y la igualdad de oportunidades para todos los individuos, independientemente de su origen o circunstancias. Es una visión de un mundo donde cada persona pueda perseguir su propio camino hacia la felicidad y el cumplimiento, sin temor a la opresión o la coerción externa.