Alicia Domínguez Arcos
El encanto reside en que no se produce un completo silencio, donde hay público se escucha el sonido ambiente: La suma de las respiraciones, de los pequeños movimientos, toses...Las cualidades sonoras del aire mismo y de la reverberación de la sala. El espectador descubre repentinamente que la pieza musical está compuesto de los sonidos que le rodean y de los que no acostumbra a ser consciente, incluyendo su propia respiración, los latidos del corazón o hasta la jumbre plañidera de sus propios zapatos.En la sociedad el ruido, como en este caso, el sonido en la música están presentes en nuestras vidas cotidianas olvidándonos de apreciar y de la importancia del silencio. El silencio no tiene que dar sensación de miedo.Apreciar el silencio dándole esa percepción de paz interior y equilibrio igualmente unido a la perseverancia, esa perseverancia que ocurre con la música, con su constancia y persistencia haciendo que fluya.Así pues, igual que cada figura musical cuenta con su correspondiente silencio representando su mismo valor y duración.Si bien decía el pintor Pablo Picasso que hay que aprender las reglas como un profesional para poder romperlas como un artista reafirmando a lo que decía Don Blas Infante, padre de la patria Andaluza (España): 'siempre cualquier papel del suelo hay que leerlo', ya que cualquier papel puede ser importante. Las partituras de música y el tiempo en hacerlas no toman el grado de valor en los seres humanos de este siglo. Cuando lo poseen por sí mismas.