Sebastián Casado Torres
No existen otros caminos que no sean los que, a través de este cuento, al banco de tanto pensar te puedan acercar ya que, hasta ese asiento solo se puede llegar atravesando límites de fantasía y una vez logres encontrarlo, allí, con amar y amor, podrás poner solución a las trabas que expone la vida antes que del todo tu imaginar consuma.Jamás tendrás temor a maldad que te persiga si, por primigenios ecosistemas, hallando armonías por ellos al lado de Mayor Duende, abrazando árboles, transitas conociéndolo.Corre, salta, anda, esquiva cumbres y disfruta porque, ante cualquier contratiempo que a la espalda se te pueda desplegar habrá un bastón que, moviéndose con destreza intuitiva, de ti cuidará.Medita un paseo descubriendo espacios inmensos y quédate con la boca abierta cuando, al compás de tus pasos, suene el tintinar de un cascabel de Perruna escuches su ladrar así mismo de Borrega que, con balidos inconfundibles, hará henchirte el alma de sensible manera.Si en tus andanzas por esta leyenda negros aparecen los cielos, abrázate a Lluvia de Madrugada y queriéndola, desaparece junto a ella
